¡La profesionalidad y la igualdad, no
dependen del género, sino de la condición humana! Con esta frase comenzamos este mes de agosto
del Calendario “Con hombres de hoy, con hombres de mañana” elaborado por la
Asociación Comarcal de Mujeres del Valle del Jerte a través de la subvención de
Diputación para promover la igualdad entre mujeres y hombres.
Esta
vez tomamos rumbo a Piornal y hablamos con José Luis, más conocido como Juvi,
en plena faena de trabajo. Cuando le preguntamos por su profesión responde “enfermera”. Sí, sí, así se refiere Juvi
a sí mismo, ya que es poco habitual que un hombre se identifique con una
palabra en femenino, choca por no ser lo habitual. El motivo por el que lo hace
es “porque en los libros de enfermería
siempre pone: la enfermera hará esto, la enfermera hará lo otro…”.
Juvi
aparece en este proyecto “Superando desigualdades de género ”porque
Celia Díaz fue la que me lo propuso y me contó que era con la intención de
recopilar oficios que eran típicamente femeninos”. De hecho el que aparezca
en este calendario y se haya difundido por todo el Valle del Jerte le parece
positivo “Yo
orgulloso de estar en el calendario y que se hayan fijado las mujeres que este
trabajo es de ellas y que lo ocupa un hombre y que les parece bien, además el
enfoque me parece muy curioso, porque yo creo que siempre hemos estado con
batallas, y esto es muy inclusivo en la Asociación de mujeres, como que siempre nos han visto como al
enemigo y les llama la atención que hagamos cosas que normalmente hacen ellas y
eso me parece muy bonito”.
Para
él la frase elegida que le acompaña en el calendario es muy acertada porque “concretamente en mi profesión cierto tacto
sí que es necesario y depende más de la persona” “no es que esté vinculado al género, para que te lo hagan bien, sino a
la persona en sí, a sus capacidades y a sus aptitudes”.
Cuando
le preguntamos qué supone para él el ser consciente de romper estereotipos nos
responde que “siempre he sido consciente
que es una profesión muy femenina, porque la gran mayoría de mis compañeras son
compañeras, son mujeres, pero tampoco yo me planteo que esté con una lanza para
romper nada porque también hay muchos compañeros, no creo que esté rompiendo”, “no tengo la
sensación de haber hecho nada para romper”. También le parece que en su
profesión, a pesar de estar feminizada, porque la mayoría de sus compañeras son
mujeres, ha existido la figura del practicante, y nos comenta que “igual en otro servicio se ve más raro, pero
en el medio rural no, porque está la figura del practicante”. Por lo que el
hecho de haber tenido otros que le antecedieron en un puesto similar hace que
no se vea tan raro encontrarle a él ejerciendo de enfermero.
Su
entorno social masculino asume con total normalidad su trabajo y su
posicionamiento frente a lo que implica ¡la profesionalidad y la igualdad no
dependen del género sino de la condición humana. En cuanto a cómo lo hace su
entorno social femenino, en su trabajo sus pacientes mujeres le aceptan y él
tiene en cuenta las posibles dificultades que pueda haber en la atención a las
pacientes haciendo su trabajo con la mayor delicadeza “si hubiera habido otra opción, seguro, y bueno, yo soy el primero que
tengo eso en cuente y si hubiera habido otra opción y veo cualquier pega o veo
algo, derivaría a otra compañera, pero aquí tengo que atender yo y con todo el
cuidado del mundo en esos aspectos más delicados, ..., no hay otra”.
Cuando
le preguntamos lo que le supone a nivel personal esta decisión su respuesta es
decidida, “no me incomoda en absoluto, ni
tengo que justificarme ante nada. Además procuras que por tu trabajo seas
reconocido socialmente, que la gente te aprecie y con eso te quedas, yo me
siento bien. No me da vergüenza ninguna, yo lo digo en todos lados que soy
enfermera, y bueno cuando dices enfermera a lo mejor se ríen por hacer la
gracia, pero no hay ningún problema y el reconocimiento está, soy un
profesional de la salud”.
Ya
vamos terminando la entrevista y le preguntamos si les querría decir algo a
otros hombres respecto a la ruptura de estereotipos y su respuesta aboga por
seguir evolucionando “que hay que dar
pasos en ese sentido, no podemos estar como hace doscientos años, no podemos
estar etiquetando a la gente porque le guste hacer bolillos. Ya está bueno el
asunto, no?, no le hace mal a nadie. Es su opción. ¿Cómo no vas a plancharte la
camisa, si es tu camisa?”.
Y
respecto al mensaje que le diría a ellas “tendrían que dar el paso a respetar a quien da el paso a
hacer una actividad no propia de
(hombres)”, “hay veces que ellas mismas
te dicen quítate de ahí, y así no aprendemos si desde chiquititos no me dejan
hacerlo, no voy a aprenderlo y eso encamina y marca profesiones, porque se van
etiquetando desde pequeños”.
Antes
de marcharnos le proponemos si quiere añadir algo más sobre lo hablado y añade
“yo creo que ya tenemos que ir dando
pasos para estar abiertos a cualquier cosa que sea por enriquecer, aportar, no
tenemos que separar por géneros y sobre todo en nuestro entorno, hay que ir
dando pasos”, “es
un tema de actitudes, la gente que está haciendo algo que no es habitual, pues
valorarlo, inculcando
poco a poco, las familias que lo hablen. Hay que seguir trabajando en las
familias y hay que seguir a la gente que rompe y claro”.