Son las 10:55 y faltan 5 minutos para entrar al aula. Es la tercera vez este trimestre que vengo a dar el Taller "Escuchando al corazón" a esta clase y sigo sintiendo un cúmulo de nervios, ilusión y ganas de ver hoy qué sucederá con esta emoción, la envidia.
Es la hora, entro a clase y me recibe L. con un "ala, es Puerto!", P. "sí, ha venido!" y veo que les alegra volver a verme. Es mutuo. Me encanta esta parte de mi trabajo en la que puedo ver como lo que hago les sirve para crecer de manera más saludable, sin tanto estereotipo de género. Así que tras dar los buenos días y ver el clima grupal comenzamos esta sesión para trabajar una emoción con muy mala prensa.
Suena la música. Esta vez "Las 4 estaciones de Vivaldi-Verano" y tras escucharla el alumnado me empieza a decir qué les ha hecho sentir. Y es maravilloso ver cómo dan en la clave con aspectos que tienen que ver con esta emoción.
Macarena Chaves, autora del proyecto en el que se basa este taller, expone que "la envidia es un fenómeno psicológico muy común que hace sufrir a muchas personas. Puede ser leve o intensa, simple o compleja, consciente o inconsciente...no hay envidia "sana". La envidia es un sentimiento doloroso de frustración por alguna carencia que, siendo nuestra nos parece que los demás no tiene, por lo que sufrimos contra ellos, consciente o inconsciente, una gran hostilidad".
El problema de la envidia es que crees que lo tuyo no es válido, que es mejor lo del otro o incluso peor que tú no vales, con lo cual es un ataque frontal a tu autoestima.
Sin embargo, la envidia es una emoción que todo el mundo ha sentido en alguna que otra ocasión. Sentir envidia no tiene por qué ser negativo, porque esta emoción nos da la oportunidad de crecer como personas y mejorar nuestra autoestima.
La envidia se asienta en la inseguridad causada por el desconocimiento del propio potencial y cualidades. Al no conocernos, no nos valoramos y construimos una autoestima deficiente. Esta falta de confianza es la que hace que nos comparemos constantemente con las demás personas.
Así que ¿cómo se puede corregir el desequilibrio que provoca la envidia en nuestra autoestima? Como padres y madres me imagino que os habrán surgido situaciones en las que vuestra criatura haya sentido envidia del hermano pequeño, de la hermana mayor... Macarena chaves responde a ¿cómo podemos ayudarles?
La envidia puede ser originada por muchos motivos, pero además de eso, suele ser por la carencia de confianza en sí mismo y afectiva y que tiene que ser solucionada.
Debemos evitar las comparaciones. No nos equivoquemos al pensar que los estamos motivando pues, en realidad, estamos ejerciendo presión al compararlos con amig@s, compañer@s, o herman@s.
Podemos establecer metas que no estén basadas en nadie, sin que sientan la necesidad de ser como el resto. De no ser así, el niño tendrá el deseo de tener lo que tienen las demás personas y entonces aparecerá la envidia.
Y ¿qué hacemos ante un conflicto entre amigos o hermanos? No tomar posición por un bando u otro. Las criaturas tiene que resolver sus conflictos menores, que lleguen a acuerdos, para que no sientan envidia y se sientan valorados todo el tiempo.
En la segunda sesión dedicada para esta emoción trabajé con el alumnado donde una de las preguntas era que se respondieran a qué hacer para conseguir lo que quiero. Estas fueron sus respuestas. Para finalizar y a la vista de las respuestas les dije que para próximas veces en las que sintieran envidia, ante este abanico de posibilidades eligieran.
Centrarse en el crecimiento personal es más laborioso y lento que otras medidas, pero este trabajo de autoconocimiento que está haciendo el alumnado en este taller irá repercutiendo progresivamente en la mejora de la autoestima. Centrarte en tu propia mejora personal, en tus propios proyectos hace que dediques tu energía a construir para conseguir aquello que quieres, en lugar de destruirte o destruir a otra persona con críticas, rumores o alegrarte por el mal ajeno. Así que en tu mano está, elige.
Y no quiero marcharme sin agradecer a la profesora de esta clase, por su confianza y por permitir que este Taller lo hagamos en su clase para que le sirva al alumnado para desarrollarse integralmente, sin estereotipos de género.
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