miércoles, 14 de junio de 2017

Vacunas para prevenir la violencia paterno-filial por Javier Urra

El pasado martes 13 de junio el Programa de Atención a Familias de la Mancomunidad de la Vera organizó una Jornada Formativa "Primeros auxilios emocionales para niños y adolescentes violencia filio-parental". En dicha jornada Javier Urra Portillo, el primer Defensor del menor y actual presidente de la Comisión Rectora del programa RECURRA-GUINSO para padres e hijos en conflicto.

Comenzaba la Jornada tras la bienvenida por parte de las autoridades con la ponencia "Vacunas en la infancia y antídotos en la adolescencia" por parte de Javier Urra y posteriormente Beatriz Urra hablaría sobre "Relaciones nocivas entre padres e hijos (violencia filio-parental)" basándose en su experiencia como psicóloga con familias que acuden al centro Recurra-Guinso. 

Haciendo un resumen de lo dicho por Javier Urra respecto a las VACUNAS PARA PREVENIR LA VIOLENCIA expuso lo siguiente:
  1. Irse de campamento, Allí se aprende:
    1. Contacto con la naturaleza: mirar las estrellas, en silencio
    2. Practicar deporte, ya que se aprende a ganar, perder, jugar, competir.
    3. Compartir.
    4. Austeridad: vivir con pocas cosas
    5. Vivir en soledad, disfrutar estando solo.
  2. Hakuna-matata: Según Urra "Vivimos en una sociedad de sobreprotección, donde a los niños no les puede faltar nada ¿por qué? no pasa nada si les falta agua, aprenderán a regularla. Estamos haciendo niños de cristal, duros pero frágiles. Yo quiero que mi hijo sea feliz, ¡Error!, ya que habrá momentos de dolor y sufrimiento y hay que enseñarles a las criaturas a no pedirle a la vida más de lo que la vida puede dar". 
  3. Educar para afrontar la ruptura, la incertidumbre, la duda.
  4. Educar para el diálogo, para el cambio.
  5. Tener culpabilidad: cuando hay algien que hace algo mal tienes que tener/sentir culpabilidad. Es decir hay que educar para hacerse responsable cuando haces algo que está mal. 
  6. Darles la posibilidad de que las criaturas ayuden a los padres.
  7. Sentido del humor: aprender a reírse de uno mismo, y a reírse en general.
  8. Vulnerabilidad: Tener conciencia de lo poca cosa que somos, que la vida la puedes perder.
  9. Generosidad: enseñarles a ser generos@s a nuestr@s jóvenes.
  10. Aceptar la frustración
  11. Aprender a relativizar.
  12. Conocer tus propios límites
  13. Ser agradecid@: aprender a dar las gracias, decirle a los padres "gracias por traerme al mundo", "gracias hija/o porque me das perspectiva de la vida")
  14. Conocer el dolor: llevarlo a un entierro, dejar que los niños lloren cuando se ha muerto un ser querido.
  15. Ver las cosas con serenidad
  16. Generarles dilemas éticos a los niñ@s. La vida no es justa y es necesario que sean conscientes de esto. 
  17. Enseñarles a estar solas/os.
  18. Tener respeto a la autoridad
  19. Hablar con los hijos para contarles cosas de sus vidas como padres. 
  20. Tener compromiso, tener ganas, ilusión.
  21. Perdonar. perdonarse y dejarse perdonar.
  22. Estar con l@s abuel@s, ya que son quienes trasladan lo esencial de la vida. Las/os abuelas/os le importa poco los demás, lo que digan, por lo que hablan con mayor libertad. 
  23. Educar en la emoción.
  24. Educar en la inteligencia emocional.
Posteriormente se abrió un turno de palabra para el público donde pudimos escuchar las respuestas a:
_¿cuál es el peso de la genética?
¿cómo hacer para que se valore lo infravalorado?
Su opinión sobre la teoría del vínculo.

Tras el descanso pudimos escuchar a Beatriz Urra y el trabajo que hace como psicóloga del programa Recurra. Es un programa en el que trabajan con familias donde se da violencia filio-parental y el abordaje es sistémico, es decir, trabajan con todos los miembros de una familia en la que se dan patrones disfuncionales. 

En cuanto al tipo de intervención que hacen, puede ser:
- ambulatoria
- internamiento en el centro: entre 10 meses y año y medio.

En cuanto a las características generales de las familias que atienden son:
  • No ejercen la autoridad, intentan resolver los conflictos desde un plano de igualdad.
  • Distribución de roles inadecuada.
  • Escasa tolerancia a la frustración
  • Centran casi en exclusiva las dificultades en los menores: escasa introspección-alta observación/hipervigilancia de hijas/os.
  • Dificultades en asumir que son parte del proceso
  • LOs objetivos iniciales de los padres pasan a un segundo plano una vez que los menores experimentan cierta mejoría.
  • Conductas de sobreprotección (un tipo de maltrato)
    • académico-escolar
    • alimentación
  • Dificultades conductuales: comportamiento achacado a circunstancias externas (consumo de drogas, "malos amigos", ausencia de valores en la sociedad, familia de origen en padres adoptivos).
  • Padres que adoptan:
    • altamente informados
    • acuden a expertos desde edades tempranas del menor
    • generan una red muy estrecha entre ellos
    • expectativas frustradas
    • quejas de la escasa preparación que tuvieron al adoptarles
  • Solicitan pautas/ recetas.
  • Los padres (varones) son muy escépticos haciendo referencias del tipo "yo no creo en los psicólogos", "somos muy mayores para cambiar".
  • La mayoría demuestra gran amor por sus hijos, sensibilidad y preocupación. Sufren mucho.
Tras escuchar estas ponencias dichas jornadas finalizaron y desde la Oficina de Igualdad del Valle del Jerte nos fuimos contentas ya que llevamos trabajando unos cuantos años donde abordamos la inteligencia emocional con perspectiva de género con el alumnado de las clases que así lo estiman oportuno su profesorado. Así que contentas porque haya más gente que trabaja en este mismo sentido como propone Javier Urra. Urra por la educación emocional!!  ;)




martes, 6 de junio de 2017

JUNIO: HOMBRES DE NUESTRO TIEMPO

¡Hombres de nuestro tiempo! Así comenzamos junio en el Calendario “Con hombres de hoy, con hombres de mañana” elaborado por la Asociación Comarcal de Mujeres del Valle del Jerte a través de la subvención de Diputación para promover la igualdad entre mujeres y hombres.


Ya llevamos medio año, donde mes tras mes desde la Oficina de Igualdad os presentamos un resumen de las entrevistas que hemos realizado a los protagonistas que aparecen en el mismo para continuar con el ejercicio de visibilizar una nueva forma de ser hombre, rompiendo estereotipos de género en ellos.


En esta ocasión nos vamos a Jerte donde Berna Ciudad Guinaldo nos recibe en su tienda, en su rincón dedicado al arte de coser. Nuestro más sincero agradecimiento por abrirnos sus puertas y dejarnos conocerle.


Su opinión sobre la frase que le acompaña “Hombres de nuestro tiempo” es que “debería de estar normalizado, creo que sí que puede ser de nuestro tiempo el realizar tareas por igual unos y otros” aunque por otro lado cree “no es tan común en este entorno en el que vivimos”.


¿Cómo es que un hombre cose y se dedica a ello? Pudiéramos preguntarnos al ver a Berna coser, para él es algo más familiar, cotidiano y habitual “mi madre ha cosido siempre, tengo dos hermanas y las llevó a estudiar corte y confección, a mí no. Mis hermanas hicieron su curso de corte y confección cuando llegó a la edad porque era lo que había que hacer y había que saber eso”. Ya de adulto “con mi actual pareja hemos cosido también y un día nos pusimos a hacer ropa y luego estuve intentando hacer la formación aquí en Jerte”.


A nivel personal el romper estereotipos cosiendo, que es una actividad que el mundo patriarcal considera una tarea de “chicas” para él ha supuesto ser “una forma muy educativa para mis hijas y para que la gente,, para las nuevas generaciones que puedan venir detrás. El ver este tipo de modelos o que hay chicos que van a clase de corte y confección, el ir rompiendo estos tabús es algo interesante. Creo que es una aportación que puedo hacer”.  Para él el coser es algo que “me gusta, es divertido”.


La incidencia de su posicionamiento frente a este tema en su pareja, hijas, familia es que “intento que les suponga una normalización tanto en el tema profesional con todas las cosas que hago. Intento que lo vean normal, como que somos personas y que hacemos cosas indiferentemente del sexo que tengamos. Las diferencias de sexo no son las diferencias de género que nos han impuesto y que lo vean claro. Yo tengo 4 hijas”.

Sobre si es consciente de su aportación al cuestionamiento y ruptura de estereotipos a través de la publicación y distribución de los calendarios considera que “Al final son todo gotas de agua sobre una piedra, (y pueden pensar) mira hay hombres que hacen otras cosas, vamos a hacerlas nosotros”.


Manda un mensaje para otros hombres destacando la pérdida que para ellos supone el seguir manteniendo los estereotipos de género, que valoran en extremo su fortaleza impidiéndoles mostrar otros aspectos de su desarrollo como persona como por ejemplo la ternura, el cuidado de los hijos. 

Para Berna los hombres “deberían reflexionar o sea que el que nos han educado que somos ganadores, en nuestro papel y yo creo que no hay ganadores sino que todos perdemos algo. Hasta que no seas capaz de disfrutar de esas cosas que has perdido porque no se te han dejado hacer no vamos a entender de qué va esto de la igualdad de género”. Y es que el patriarcado a los hombres también les hace daño, les quita la oportunidad de desarrollarse íntegramente como persona, pierden el poder derrumbarse, 

Y el mensaje que tiene para las mujeres es que “a los que queremos, que nos dejen acercarnos”. “Te quedas fuera de juego de los grupos de hombres porque no quieres ese rollo de…no quieres estar ahí y te quedas fuera de los grupos de mujeres porque si los cerramos demasiado para apoyarnos entre nosotras y tal hay una tierra de nadie en la que estamos los que entendemos las cosas de otra manera. Por lo que hay que crear espacios para todos”.


Por último su propuesta es “seguir trabajando en políticas de igualdad con los hombres. Me parece fundamental que las políticas de igualdad trabajen con los hombres y que haya hombres ahí trabajando en ella”. Y lanza un cable al resto de protagonistas del calendario “vamos a juntarnos esos 11 que estamos ahí y de ahí intentar sacar algo”.

Nos marchamos reflexionando sobre el papel que tienen estos hombres, para reconstruirse desde otro lugar más libre, sin tanto estereotipo de género, sin que les coarte el “quédirán”, mostrando otra forma de ser hombre, caminando por “tierra de nadie” y con el firme convencimiento de que así, con el ejemplo, es la forma que ha encontrado para educar a sus hijas y para  volver a construirse a sí mismo. Una reconstrucción que le hace tener más espacio interior, más diáfano, más libre.