El cuerpo es sagrado. Es el contenedor de nuestras emociones. El dolor es el mensajero que tiene nuestro cuerpo para que nuestra cabeza entienda que hay algo que va mal y necesita cuidado, mucho amor. El cuerpo necesita que la cabeza vaya a su favor, no en contra. Esta imagen la vi hace unos días y me impactó muchísimo. Ahora entiendo por qué.
Estos pies dicen:
"Cuánto daño me he hecho por obedecer a bailar como decían otros que había que bailar... y obedecí, a pies juntillas. Qué mala elección hice!!
Le he faltado el respeto a este templo sagrado, que es mi cuerpo. Y así he ido perdiendo la alegría de vivir y la melodía de mi corazón, que es el Stradivarius que me hace vibrar. Ya no quiero bailar más de esta forma. Tengo daño en mis pies. Y hoy me bajo de estas zapatillas, que me asfixian. Necesito respirar. Vivir. Elijo el Amor, Mi amor. Me pongo a caminar en otra dirección, hacia mi interior. De compañera de viaje llevo a mi respiración. No voy sola, estoy conmigo".
Mis pies, María Rodicio.
Mis pies, María Rodicio.
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